Calle Caminito, Peatonal de 100 metros de longitud y quilómetros de atractivos. La singularidad es que está delimitada por casas típicas pintadas de brillantes colores, ventanas floridas, balcones con plantas y ropas a secar en ellos, murales en sus paredes, así como cerámicas y todo tipo de ornamento.
En sus veredas hay representaciones vivas del arte del tango, del arte teatral -mimos y estatuas vivientes-, de la plástica y la fotografía. En sus inicios era un ramal del Ferrocarril al que se le llamaba “La curva” y que acortaba camino -de ahí su nombre-. Benito Quinquela Martín, gran amigo personal de Juan de Dios Filiberto -poeta del tango y autor del tango que lleva su nombre y que recorría a diario ese camino-, fue quien sugirió el nombre para la renovada calle.
Calle Garibaldi, cruzada por la vía del tren. A una cuadra de su origen se llega a Caminito. Es ejemplo vivo de la edificación típica y su colorido.
Calle Magallanes, importante polo de atracción para aquellos interesados en las artes plásticas y los paisajes urbanos. Sobre esa calle fundamentalmente tuvieron sus talleres o ateliers artistas tales como el que fuera maestro de Quinquela Martín y Fortunato Lacámera, Maestro Alfredo Lazzari. Asimismo los plásticos Eugenio Daneri, Víctor Cúnsolo, Miguel Diomede, Marcos Tiglio y Miguel Carlos Victorica, y hoy los imitan las nuevas generaciones de artistas. La calle nace en la “Vuelta de Rocha” o Plaza de los Suspiros.
Calle Necochea, calle donde se aglutinan las características “cantinas” para la diversión y la gastronomía.
Esquina de Magallanes y Garibaldi, bifurcación del adoquín y el pasto circundante del ferrocarril, punto de encuentro de vecinos ilustres tales como Filiberto, Quinquela, Lacámera y otros artistas de su condición.
Vuelta de Rocha, asiento de la armada creado por el Almirante Guillermo Brown en las guerras de la independencia, se le considera Lugar Histórico. Asemeja un pequeño estuario en un recodo del Riachuelo. En él pueden distinguirse: un paseo de compras (regalos, artesanías, antigüedades) instalado en el en desuso "Vapor de la Carrera" que iba de puerto a puerto de Buenos Aires a Montevideo y viceversa, la Plazoleta de los Suspiros, con su mástil rescatado de alguna nave perdida en el tiempo, una contrarambla con edificios de libre estilo arquitectónico con reminiscencias italianas -entre ellos la Escuela Museo, el Teatro de la Ribera, el Jardín Materno-infantil, el Instituto Odontológico, donados todos ellos por el artista Quinquela Martín-, el típico galpón de puerto del legendario Astillero Mestrina.