A los habitantes de la ciudad de Buenos Aires se les llama "porteños" aludiendo a su condición de "hijos del puerto".
El puerto de Buenos Aires, el de mayor importancia de toda la Argentina, concentró a través de la historia un singular asentamiento humano. Durante los siglos XIX y XX fue la puerta de llegada y estadía de gran parte de la masiva inmigración europea.
En torno a ella creció el puerto como un centro comercial y de servicios sin comparación en escala en el resto del país. También se asentó la industria que generó una identidad distintiva en los ciudadanos porteños, diferenciada por la pluralidad de incentivos culturales.
El poder que constituye esta conformación promovió asimismo un crecimiento urbano que se mantiene vivo hasta nuestros días y que transforma a Buenos Aires en la tercer ciudad más grande en Latinoamérica.
Históricamente, fueron los barrios de Barracas y La Boca -cercanos al puerto- los centro por excelencia de las incipientes industrias, y sus pobladores -favorecidos por la inmigración fundamentalmente genovesa- constituyeron una pujante colonia de distritos obreros.
Asimismo, la Plaza de Mayo, cercana a la costa, fue emplazamiento el medular de los porteños, no solamente como hábitat sino como sede natural del comercio, la religión, la cultura y el Gobierno Nacional.
Alrededor de ella se encuentra la Catedral metropolitana junto a antiguas iglesis coloniales, la Casa de Gobierno (Casa Rosada), el histórico Cabildo de la revolución independentista del siglo XIX, y el distrito financiero representado por la Banca nacional e internacional.
Con idéntico espíritu, la ciudad de Buenos Aires funda sus eminentes instituciones educativas para abastecer de ilustración a un continente de residentes demandantes de progreso, como lo fueran la Universidad Nacional de Buenos Aires, la Biblioteca Nacional, la Universidad Tecnológica Nacional, el Conservatorio Nacional de Música, la Academia Nacional de Bellas Artes, entre muchas otras.
De esta forma se va forjando la idiosincrasia porteña tan dinámicamente como su crecimiento poblacional y la evolución ascendente de la propia ciudad.
Una idiosincrasia cosmopolita y multicultural que fue forjando su identidad a partir de la inmigración europea (principalmente española e italiana) junto a la existente criolla, creándose una población multicultural y vasta.
Fuente: 365 Info Buenos Aires