Compartimos la nota de Planeta Joy que muestra un listado de 7 lugares para comer en lugares impensados, como un banco, una escuela, una clínica. Aunque parezca raro, estos lugares escondidos son muy buenos restaurantes.
Aunque suene extraño, Buenos Aires tiene muchos restaurantes sin vidriera que viven del boca a boca. Son reductos a los que se llega de casualidad o porque algún conocido soltó el dato secretamente como si fuera su clave de Banelco. En un banco, en un galpón ferroviario o en un hospital se puede comer tan bien como en cualquier restaurante "normal". Acá te pasamos las coordenadas para que los encuentres.
Dirección: Bartolomé Mitre 343, piso 4, Microcentro
¿Alguna vez imaginaste que podías comer bien y barato dentro de un banco? En el cuarto piso de la casa central del Banco Nación funciona un restaurante abierto al público que todos los mediodías se llena de oficinistas. Allí donde el famoso arquitecto Alejandro Bustillo diseñó un espacio para el refrigero de los bancarios podés almorzar un plato principal, con bebida y postre por sólo 15 pesos. Los habitués del lugar suelen ordenar bife o pechuga grillada con ensalada. Eso sí: conviene ante de las dos de la tarde porque si se terminan los platos, no hacen más.
Todas las clínicas y hospitales de la ciudad albergan una modesta cafetería que apenas sirve para saciar el apetito de sus médicos y de las visitas. Nada que ver con la propuesta del Hospital Alemán, que tiene un restaurante amplio y coqueto, abierto "para todo público”, con una carta de comida internacional que incluye especialidades gourmet típicas de la culinaria germana, además de mozos cordiales y precios muy razonables (se puede comer por menos de $50 por persona; y no cobran cubierto). Si estás por Barrio Norte o Recoleta, es una opción ideal para almorzar en días de semana) ¿Te da cosa ingresar por el hall de la clínica? No te preocupes: tiene entrada independiente por Juncal. Uno de los clientes más fieles es el vicepresidente Julio Cobos.
Al costado de las vías del tren que llega a Retiro, a la altura de Avenida del Libertador y Suipacha, ingresando por un camino de tierra y adoquines funciona el atelier-vivienda- y también bodegón del artista del reciclaje Carlos Regazzoni: un galpón enorme lleno de esculturas construidas con chatarra ferroviaria (que en Europa se venden por miles y miles de euro). En este refugio gastronómico con aspecto de mercado de pulgas, los olores que emanan la cocina económica y los calderos de hierro recuerdan a la comida del campo, básica y sabrosa. No esperes mantel: todo es rústico; lo cual perturba y encanta. Se come lo que a Regazzoni se le antoje: empanadas, paella de maricos, cintas caseras acompañadas de un ragú de rabo de buey, calamaretis a la sartén. Siempre con mucho vino. Abre sólo los jueves, viernes y sábado por la noche. Conviene llamar antes al 4315-3663. Contra lo que pueda creerse, es un lugar de culto frecuentado por “gente bien”, con espirítu bohemio-chic.
Dirección: Armenia 1322, Palermo Soho / T.4773-2820
Con los años el dato se hizo conocido, pero todavía hay muchos que no saben que la mejor comida armenia casera de la ciudad se sirve en el segundo subsuelo del colegio Marie Manoogian. Cada viernes y sábado por la noche los estudiantes y sus padres montan un comedor en un inmenso salón de la UGAB (Unión General Armenia de Beneficencia) para poder solventar el viaje de egresados a la tierra de sus antepasados. Imperdibles el hummus, las berenjenas, el taboule y los shish kebab. Los postres, un poco empalagosos. Todo es a pulmón: las madres y abuelas cocinan, y los chicos se calzan los delantales negros y ofician de mozos. También hay delivery, que funciona desde las 18.30. Podés llevar tu propio vino y no cobran descorche.
Dirección: Vedia 3626 (Dot Baires Shopping), Saavedra / T. 0810 122 46987
Ir al cine y a comer afuera siempre fueron dos actividades independientes. Eso, hasta que llegó la cadena Hoyts al Dot Shopping con una propuesta premium: en un mismo lugar podés disfrutar, con una copa de espumante en la mano, de los platos diseñados por el chef Martín Molteni, mientras ves el estreno semanal apoltronado en una cómoda butaca de cuero con apoyapies. El menú cuesta $150 e incluye la entrada al cine. En la carta se destacan el antipasto de salmón ahumado, la bondiola en miel de especias y la espuma de limón y frutillas en jalea de maracuyá. La comida llega en una bandeja que calza en el apoyabrazos y viene trozada, para que no tengas que andar luchando con el tenedor y el cuchillo en plena película. Si no querés gastar tanto, podés encargar pizza y cerveza por menos de 70 pesos. Cada butaca tiene un botón para llamar al camarero y nadie se queja si solicitás un refill de champán en medio de una persecución de autos.
Dirección: Esmeralda 443, Piso 1. Microcentro / T. 4394-5552
Si estás en el hall del Teatro Maipo esperando que comience la función y mirás a tu izquierda, vas a ver una escalera y un ascensor. Subiendo un piso, llegás a un restaurante que ocupa el espacio donde tuvo sus oficinas Luis César Amadori. El director de cine había hecho construir allí una cocina para recibir a sus amigos. Hoy, mientras pedís una bondiola o una suprema con mostaza, podés observar la muestra de fotos de Virginia Innocenti en la piel de Tita Merello. Hay menú ejecutivo para los mediodías, pero las lucen se encienden de noche cuando te podés cruzar con habitués famosos, como Enrique Pinti o Julio Bocca. Gran alternativa a las pizzerías de Avenida Corrientes. Buena barra con happy hour de 24 a 1 AM.
Si vas al teatro, te hacen un 20% de descuento.
Dirección: Zelaya 3006, Abasto - Teatro Ciego / T. 6379-8596
Habrás oído hablar de cenas a media luz, pero nunca de cenar completamente a oscuras, como si estuvieras dentro de un baúl en el fondo de una caverna. Eso es exactamente lo que ofrecen El Centro Argentino de Tetro Ciego junto con Bodegas Graffigna: una cena en un teatro al que entrás sin ver nada y cenás guiado por el olfato, el tacto y el gusto. La propuesta es un finger food maridado con los vinos de la bodega, que apunta a estimular tus sentidos más allá de la vista con platillos como quesos, triángulos de masa filo, brochette de cerdo, entre otros. Mientras comés se lleva a cabo una obra en la que nada más hay que oír, oler y sentir en la piel. Un lindo plan para ir en pareja. Funciona jueves y viernes a las 21hs puntal. Conviene hacer reserva previa.
Fuente: Planeta Joy