A partir de allí, se licita la construcción de un puerto completo, quedando al frente de su proyecto Eduardo Madero, que lo inicia en el año 1887 y que se termina en su ausencia (por deceso) en 1898.
Se crea entonces la Corporación Puerto Madero con el objeto de urbanizar sus 170 hectáreas y emerge el barrio actual a la sombra de su historia de muelles.
Producto emanado en sus orígenes de la representación arquitectónica inglesa correspondiente a al ciclo de su revolución industrial: muelles de granito, grandes construcciones rectilíneas que oficiaban de silos (Las Catalinas) y de exposición de las mercaderías depositadas que podían distinguirse a través de importantes ventanas y portones de hierro en un marco de austero diseño -hierro, vidrio y ladrillo en sus paredes-, de la intervención del ingeniero argentino antes mencionado y de una rediseñación actual que subraya la consideración a la construcción originaria, Puerto Madero es un meritorio barrio al que se debe visitar.