El Jardín Japonés contiene un activo centro cultural con variadas actividades para los chicos, para estas vacaciones de invierno, con obras de teatro, exhibiciones de artes marciales, talleres de origami, etc ..
Hace varios mileños que en Japón se diseñan jardines, que no son pensados como un lugar de paso, sino como lugares para meditar y contemplar.
Un jardín zen es un espacio para la contemplación, característico del budismo japonés. Según esta filosofía, meditar supone lograr la captación directa de la realidad, sin la interferencia del pensamiento y el lenguaje, que alteran las percepciones más puras e instintivas. Para realizar estos ejercicios que aspiran a mantener la mente en blanco, y buscan llegar algún día al nirvana, hace falta un ámbito de armonía natural y silencio perfecto que permita alcanzar profundísimos niveles de concentración. Para este fin, despojados de toda suntuosidad y rebosantes de simbolismo, se crearon los jardines japoneses.
En Buenos Aires encontramos uno de los jardines japoneses mejor logrados fuera de Asia, creado en el año 1967 sobre un predio de casi 3 hectáreas, en el barrio de Palermo.
El puente curvo de color rojo, llamados taiko-bashi, son un emblema del Jardín Japonés. Estos puentes son complicados para transitar, por su forma curva y sus peldaños bajos.
El puente fue diseñado así porque conduce a la “isla de los dioses y los tesoros” y no debe ser sencillo llegar a los dioses para un mortal. En la isla hay encontramos una pequeña cascada que representa el origen de la vida.
En otro sector encontramos otro puente llamdo yatsu-hashi, o “puente de las decisiones”. Se caracteriza por su forma zig-zag. Es una especie de plataforma truncada, casi al ras del agua, que según manda la tradición las personas deben atravesar antes de tomar una decisión de peso en su vida. El puente conduce a la “isla de los remedios milagrosos”.
Hay muchas especies de plantas, flores y árboles en todo el Jardín Japonés, desde bambúes, cerezos, ginko bilobas, pinos y plantas japonesas como la sakura, el acer palmatum y las azaleas.
Los coloridos peces carpa o koi, llaman la atención en los estanques. Un atractivo para los visitantes es darle de comer a estos, que se acercan a la orilla, sacando la cabeza abriendo la boca y pidiendo comida.
En el Vivero Kadan hay exposiciones de arbolitos bonsai que también están a la venta. Antes de comprar un bonsai, seria bueno hacer el curso que allí se dicta, para un correcto mantenimiento del mismo.
El bonsai es un árbol al que se le cortan sistemáticamente las ramas y raíces para que pueda vivir en una maceta, sin crecer demasiado.