Es un hecho poco conocido que el apelativo de "Manzana de las Luces" apareció por primera vez en el periódico "El Argos" del 1° de septiembre de 1821, en el cual se mencionaban las instituciones de irradiación cultural que funcionaban en su ámbito.
Para estas fechas ya en este predio había funcionado la segunda residencia Jesuita de la ciudad y el Templo de San Ignacio, la sede de la Sala de Representantes, las primeras aulas de la Universidad de Buenos Aires, la primera Biblioteca Nacional , la imprenta de la Ciudad y la Academia de Idiomas, el Archivo General, el Banco Provincia, y el Colegio San Ignacio, luego Real Colegio San Carlos y actual Colegio Nacional Buenos Aires.
Con semejante historia, el Museo y Biblioteca que hoy existe en el lugar es digno de ser visitado tanto por turistas como por los propios habitantes de la ciudad.
Desde siempre los edificios que fueron conformando la "Manzana de las Luces" fueron fundados en el solar situado en la manzana limitada por las actuales calles Bolívar, Moreno, Perú y Alsina.
La Universidad de Buenos Aires es una de las Instituciones con más trayectoria en este predio, ya que fue creada sólo 10 años después que el propio país, y es la que actualmente posee las instalaciones que hoy son centro de conferencias, centro cultural y gran parte de ella pertenece al Colegio Nacional Buenos Aires.
Sin embargo su historia de siglos que acompañaron el nacimiento y devenir de la ciudad está abierta al público y al turismo a través de vistas guiadas.
De lunes a domingos las visitas guiadas abordan el tema histórico-arquitectónico de las fachadas pertenecientes a distintas épocas: la antigua Universidad y Casas Virreinales, el Patio de las Misiones Jesuíticas, Salas de Representantes y Manuel Maza y tramo de túneles Siglo XVIII. El costo es de $12.- y están organizadas temáticamente.
Hay algunos historiadores que han negado su existencia, mientras muchos otros han tenido oportunidad de visitarlos y estudiarlos.
Parece ser que estos túneles formaban una red que unía las iglesias, los edificios públicos y el Fuerte, que estaba constituida por dos que corrían de sur a norte y uno que lo hacía de este a oeste. Habían sido excavados a cinco metros de profundidad directamente en la tosca, con zapa, y se presume que la fecha de construcción data de los siglos XVII y XVIII.
No pocas opiniones señalan como probable que los hayan construido como medio de defensa. Y esto es posible, si pensamos que una ciudad como Buenos Aires, codiciada por piratas y corsarios, no tuviera más que un fuerte para protegerse. También puede pensarse que, tal vez, las autoridades españolas prefirieran el río como defensa, con sus grandes bajantes, o acaso escogieran los túneles que, por otra parte, eran muy comunes en Europa, para poder comunicarse rápidamente con los puntos estratégicos de toda la ciudad.
También se ha dicho que los túneles estaban destinados a guardar mercaderías que entraban de contrabando. Se sabe que esta actividad se había convertido casi en una institución en el Río de la Plata, y participaban de ella los comerciantes y las autoridades inclusive.
Con el tiempo y el desarrollo de los centros urbanos, la paulatina instalación de sistemas eléctricos y sanitarios, y la construcción de cimientos de nuevos edificios, gran parte de estos valiosos testimonios arqueológicos se fueron perdiendo.
En el año 1983 se realizó la puesta en valor y consolidación de tres pequeños tramos, que se dirigen, uno hacia el sudeste, otro hacia el este y el tercero hacia el oeste.
Hoy la "Manzana de las Luces" guarda vestigios de cada uno de los eventos e instituciones que allí nacieron, inscriptos en su arquitectura y legados en documentos históricos únicos que se conservan en su Biblioteca. Más de 400 años viven y continúan escribiendo su historia en este maravilloso lugar pegado a la Plaza de Mayo.