Fue obra de los arquitectos Henri Azière (1861-1938) (francés que diseñó los planos pero nunca estuvo en Buenos Aires) y del argentino Julio Senillosa (1864-1936) que modificó los planos y dirigió su construcción por encargo de su propietario original Alfredo Miguel Chopitea.
Ocupa la mitad de la manzana limitada por las calles Ugarteche, Juan María Gutiérrez, República Arabe Siria (ex-Malabia) y Cabello. Extendiéndose sobre 22.000 metros cuadrados, posee 144 apartamentos agrupados en seis pisos de seis cuerpos separados por nueve patios y jardines.
Son encontradas las opiniones acerca del nombre del edificio que originalmente debió llamarse Palacio Chopitea. La más aceptada es que se llama Palacio de los Patos porque estuvo habitada por los venidos a menos de la crisis de 1929 a los que se denominaba "patos" (por el plumaje siempre seco de los patos, por ello que carece dinero, según el lunfardo porteño está "seco") a miembros de familias de alcurnia o pudientes que habían quedado en la ruina o en dificultades económicas y el edificio era el reducto donde se refugiaban aparentando el vivir en un palacio señorial como sus antecesores.
Otros aseguran que se debe a que en las cercanías existió un río o laguna "de los Patos" aunque esta segunda versión parece infundada ya que no existía ningún curso de agua llamado de los Patos en la zona (sí a unos 800 mts el hoy entubado arroyo Maldonado y a menor distancia el hoy soterrado Tercero del Norte o Arroyo Manso que aún tiene un canal al confinar la calle Ugarteche con el Río de la Plata).
Jorge Luis Borges alude al edificio en el cuento El inmortal de su libro El Aleph "un laberinto es una casa labrada para confundir a los hombres, su arquitectura pródiga en simetrías, está subordinada a ese fin".
La novela El Palacio de los Patos de María Esther de Miguel está inspirada en el edificio pese a ser completamente ficción.
El edificio ha sido distinguido como "Testimonio vivo de la memoria ciudadana" por el Museo de la Ciudad de Buenos Aires y como Edificio Representativo de la ciudad como ejemplo del estilo academicista por la Dirección General del Patrimonio del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Esta casa de rentas ha tenido ilustres habitantes, políticos, miembros de familias prominentes, científicos, intelectuales y artistas entre ellos Carlos Holmberg, Luisa Vehil, la viuda de Roque Sáenz Peña, Carlos Latorre, Daniel Rabinovich, Marta Peluffo, Emilio Stevanovich, Arturo Mom, Ricardo Mosquera, Ginamaría Hidalgo, Luis Benedit, entre otros.
El Palacio de los Patos se ubica a poca distancia de tres importantes espacios verdes: el Parque 3 de Febrero , el Jardín Zoológico de Buenos Aires y el Jardín Botánico, motivo por el cual el valor inmobiliario es muy elevado.
Cerca del inmueble, en la esquina de Ugarteche y Las Heras, se levanta el Palacio de los Gansos de 1942, más pequeño, de 70 unidades, de estilo racionalista también hecho edificar por Alfredo Chopitea.
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